miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Un mundo (totalmente) nuevo o un mundo con razas conocidas?

Mucho antes de empezar a escribir “La Leyenda de Okster: El viaje de Akuain" Me hice la pregunta si debería poblar ese mundo que tenía en la cabeza con razas ya existentes, puede con unos cuantos lobos en el interior de un bosque, un vampiro durmiente de día en un un majestuoso castillo, o en cambio, poblarla de razas que yo mismo pudiera crear. Si, como tal dios al momento de dar vida.

La verdad y para ser sinceros, tenía la respuesta clara y contundente, haciéndome a mí mismo una auto-reflexión, si era capaz de darle un nombre a un reino, en este caso el mio lo bautize, Okster, si era capaz de imaginar lugares donde habitarían las razas, ¿Qué me costaba hacerlo con personajes que tenían sus propias características, físicas, pensamientos, habilidades y poderes?

¿Qué me costaba? Mucho. Así de claro. El trabajo que requiere en dar vida y forma a una raza no sale la idea y/o prototipo de la noche al día. Para mí, después de la historia fue el segundo mayor quebradero de cabeza.

Creo que es muy fácil y en realidad es el camino más llano y sin obstáculos que tu historia tenga lobos, chupa sangres… ¡Vamos! ¿Quién no conoce un lobo? Que de buen seguro es humano de día y se transforma en un ser peludo cuando la luna invade el cielo. También es fácil que el “prota” sea un humano y tenga unos bíceps que quitaría el aliento hasta el mismísimo goku.

Pero... ¿Es realmente imaginativo? ¿Crees que un elfo con un arco y flechas sorprenderá al lector? En este caso, no voy a responder, porque tengo la intuición que tu respuesta es la misma que la mía.

Desde mi punto de vista, si eres capaz de inventarte una historia de fantasía, pienso que deberías hacer el esfuerzo de poblarlo con razas inexistentes. Puedo decir por experiencia propia, que el trabajo para moldear a cada una de las razas es un camino donde hay que poner la mente hasta sus límites, pero créeme si te digo, que una vez tengas ese mundo poblada con tus razas, es de los mayores placeres y a la vez orgullo cuando hayas escrito y finalizado el libro.

Si no sabes que razas, no preguntes.
El mayor error a la hora de planificar tu mundo de fantasía, es preguntar o pedir recomendación de cómo serían las razas, una pregunta que harías a tus familiares, amigos o muy posiblemente entrarías en un foro o blog para pedir ayuda.

No, no lo hagas. Piensa y comprende, que las razas son tus hijos. No importa si los dotas de bondad o en caso contrario de maldad. Desde el primero hasta el último son hijos tuyos. Tu eres el padre. Tú debes comprenderlos. Tú debes forjarles en sus caminos y sobretodo destino. Consiguiendo que sus acciones sean tus decisiones.

Si por ejemplo un amigo, te dice que tal raza debería tener tal físico, tales poderes y tal comportamiento. En realidad, esa raza no es hijo tuyo, más bien, tú haces de canguro. Si, un canguro es aquel que cuida de un hijo de unos padres. Puede incluso que lo cuidara y mimara de la misma forma que lo hacen los padres. Ahora bien, por mucho que un canguro haga de funciones durante x horas de un improvisado padre ¿se puede comparar el dicho amor de unos padres a un hijo, al mismo nivel que un canguro?

No…claro que no. Si esperas que alguien te diga como moldear a tus propias razas, te conviertes irremediablemente en canguro. Y con ello, es muy difícil que sientas el verdadero amor, es prácticamente imposible que seas capaz de adentrarte a sus mentes y se te hará muy difícil ponerte en su piel.

Para entender a tus razas. Ellas tienen que haber nacido y salido de tu mente. De esta forma, en los momentos de alegría, tristeza, dolor y muerte, serás capaz de sentir el mismo sentimiento que ellos.

No escribas para ser un canguro, escribe para convertirte en el padre de tus hijos.

En la Leyenda de Okster no hay lobos, ni elfos ni…

Como he comentado al principio de esta entrada. Tenía muy claro que ese mundo llamado Okster, que dieron vida el Dios Oks y la Diosa Ter debería y requería de sus propias razas, asimilando que cada una de ellas tendrían sus costumbres, sus habilidades, sus comportamientos.

En este caso, en Okster habitan Alnunianos, Razvans, Azahareños y otras tantas razas. Al hacerlo yo mismo, sin ayuda, he logrado ser el padre de cada uno de ellos. No importa si sus comportamientos sean para sembrar el bien o el mal, la vida o la muerte, hagan lo que hagan, así lo he decidido. Y así me siento más conectados con ellos.

Sinopsis


Akuain es un joven alnuniano que vive atrapado en la aldea Alnuai. Los Dioses de Okster le dejaron allí encerrado junto a otros cinco alnunianos. Desconocen el motivo, pero ansían poder salir y explorar qué hay fuera de aquellos muros.

Akuain será el elegido de los Dioses para salvar Okster. Sin saber cómo ni por qué, se ve envuelto en una aventura llena de misterio. En su viaje conocerá a entrañables personajes que se convertirán en buenos amigos. Y es que el joven alnuniano, con su carácter sencillo e inocente, se ganará el corazón de todos, incluso del lector.

Para combatir el mal, descubrirá un poder oculto en su muñeca pero, ¿será suficiente para lograr salvar su mundo?  ¿Será posible que un simple niño, encerrado durante años, desconocedor de las fuerzas oscuras que le rodean, pueda convertirse en un héroe?
Aventura, magia, amistad, escenarios llenos de lugares fantásticos, acción, intriga. No dejes de acompañar a este entrañable alnuniano en su increíble aventura. Sumérgete en su mundo, vive, siente, ríe, llora. Una historia que te dejará huella y que desearás volver a leer.



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